miércoles, 16 de mayo de 2012

Envidia del Diablo


Envidia del Diablo. 

Este ha sido un pensamiento recurrente en mi pensamiento durante algunos días.

Lo explico.
Si Luz Bella, Luzbell; era la creatura angelical más bella y estaba encumbrado en la creación, lo más seguro que deseaba era que Dios entrara en El y lo perfeccionara todavía más.  Y cierto pienso que sabía que lo merecía por ser de los seres más perfectos. Pero aquí es donde comienza una especie de decepción a causa de que el Creador y Dueño de Todo puso sus ojos en la humildad de la raza humana que iba a crear. Y a ellos ínfimos delante de la Grandeza del Ángel más bello; decide Dios entrar en la vida de los humanos y estar dentro de ellos (por la Eucaristía, por la Encarnación, a través de Cristo y por una mujer sencilla: María) fue un momento lleno de confusión para los poderosos; en particular para éste Ángel tan perfecto.
De allí veo la envidia del Ángel LuzBella que reniega en contra de Dios. Y dice “No serviré”. No serviré a ese plan. Pues considera muy por debajo de él a estas criaturas que a su parecer son como hormigas delante de su grandeza angelical. De ahí parte para comenzar una batalla espiritual en contra de estas hormigas.  Y desea destruirlas con todas las artimañas posibles.

La argucia del Diablo (que es en lo que se convirtió) es sobre todo la mentira; la adulación (“serán como dioses”), la desobediencia al Creador, los vicios que son eficaces en destruir al humano. Todo lo contrario con tal de que Dios no esté en el corazón de las hormigas.

No tenemos forma de vencerlo sin la ayuda de Cristo. Cristo Todopoderoso como el Padre es el único con facultad y poder para derrocar toda esta fuerza encarnizada en contra nuestra. La Fe en Cristo. La permanencia en su amor y misericordia, el esfuerzo por cumplir los mandamientos divinos son el camino. San Miguel Arcángel nos ayuda en esta lucha. La Virgen María. Los ángeles custodios y los santos que Dios dispone como intercesores para nuestra vida. Esperamos que con esta ayuda celeste y refugiándonos en ellos podamos con seguridad ir a la Vida Eterna desde este mundo.  

sábado, 21 de abril de 2012

La batalla más dura: yo vs yo



Lucha interna

Hay en mi interior algo como lo decía San Pablo.
Dentro de mi hay una continua lucha entre lo bueno que
quiero hacer y lo malo que sale de mi. Entre las obras de
bondad que muchas veces hago y los pecados que también por
desgracia cometo. Viene muchas veces el sentir la Depresión
y la gracia de Cristo sale a mi encuentro para redimirme
para limpiarme y decirme nuevamente: "adelante".

Siento verguenza con Dios cuando estoy delante de él sabiendo
mis pecados; así es la miseria que llevamos por dentro.
La bendita salvación ofrecida por Cristo hace gran diferencia en mi vida.

Luchan en mi el Hombre nuevo que quiere brotar en mi en acciones de bondad y servicio.
Y el hombre viejo que es egoísta, perezoso, depresivo y obsesionado con lo malo.

Por esto entiendo lo que dice nuestra Madre la Iglesia acerca de cada día vivir como hombre nuevo,
unido a Cristo para realizar las obras que vengan de su inspiración y gracia.

Dejando, en sus manos misericordiosas, mi destino.


martes, 3 de abril de 2012

Una buena confesión


Me preguntan que si todavía "jalaban las orejas" cuando una persona se confesaba. En realidad no. Pero pensé que era bueno decir algo al respecto. Aunque reciba el penitente al confesarse alguna reprensión o consejo duro; no se compara el sufrimiento o la vergüenza experimentada con el DON que se recibe: El PERDON DE LOS PECADOS.

Hay que hacer un examen de conciencia para revisar los pecados que tengo, para decirlos sin rodeo al sacerdote; un propósito de no estarle fallando a Dios de la misma manera, luego hacer acto de presencia delante del sacerdote y confesarme diciendo todos los pecados graves primero y luego los veniales; al confesarme debo sentir el dolor de los pecados o al menos saber de corazón que lo que hice es malo. Y finalmente cumplir la penitencia que me impongan para que se produzca la sanación de mi alma.

Ciertamente es un DON magnífico de Nuestro Señor. Nuestra vida es reconfortada y se renueva la vida misma con nuevos propósitos de hacer el bien constantemente y evitando lo malo. El mandato de Perdonar los Pecados lo hizo Cristo a Pedro y a los Apóstoles. "Reciban el El Espíritu Santo, a los que les perdonen sus pecados les quedarán perdonados". Los sacerdotes en OBEDIENCIA a CRISTO hacen esta labor para bien de las Personas; principalmente lo aprovechan quienes lo saben.

Como es tiempo de Semana Santa y estamos pues concluyendo la Cuaresma se me vino a la mente escribir algo del tema. Si requieres más información puedes consultar algun sitio web católico como http://corazones.org/ u otro. Buscas la sección y listo. De todos los temas podemos estar bien informados.

Hagan una buena confesión y siéntanse ligeros, siéntanse como nuevos.

lunes, 2 de abril de 2012

Juan Pablo II el Grande


A siete años de su partida a la Casa del Padre Celeste, sigue siendo fuente de inspiración para mi vida personal. Juan Pablo II el Grande, el inolvidable papa. Ahora Beato y si Dios quiere Santo proximamente reconocido también por la Iglesia Militante. Cuanto lo quise y cuanto lo quiero todavía. Nunca estreché su mano. Más siempre supe que me llevaba en su corazón y yo lo llevaba en el mío. Nuestro "Amado Papa" decía Benedicto XVI cuando como cardenal celebraba la misa de cuerpo presente. Nunca te olvidaré. Es más esperamos verte pronto en los altares y luego en el cielo. Nos apartarás un lugar a muchos, creo yo; de los que ya preparó nuestro Señor. Mientras ese momento llega, ayúdanos con tu intercesión delante de Cristo y La Virgen María.